Los Godos y los Germanos fueron los pueblo Bárbaros que penetraron en
el Imperio Romano aprovechándose de su decadencia y ayudando en su
caída que se producirá en el año 476 d.c, fecha que se usa como fin de
la Edad Antigua y principios de la Edad Media. Los visigodos penetran en
la Península procedentes de la Galia a principios del siglo V e
instalan su capital en Toledo, otras de las ciudades importantes en la
época visigoda son Sevilla y Córdoba. El dominio Visigodo acabará con la
invasión musulmana a partir del año 711.
Se
va a fraguar el arte visigodo en Andalucía a partir del siglo VI
teniendo como referentes el arte Paleocristiano y aportaciones
orientales y africanas.

Los restos arquitectónicos visigodos son escasos y mal conservados lo que no se
corresponde
con las fuentes históricas que aseguran una gran vitalidad cultural en
Andalucía cuyo foco principal fue la semilla de San Lenandro y San
Isidoro. Cabe destacar también los restos de la Basílica de la Vega del
mar en San Pedro de Alcanca Málaga.
Los restos
escultóricos de la Andalucía relacionada con los visigodos datan del
siglo V al VII. Se reducen a relieves en los que se advierten técnicas
orientales que aportan claridad espacial y carácter plano al conjunto
que en general son piezas relacionadas con la arquitectura como
capiteles, pilas bautismales, cánceles, etc.
Algunas
piezas a destacar son el cancel de la mezquita de Almonasterio en
Huelva, los frontales de los sarcófagos de Ecija y la pila bautismal del
museo arqueológico de Sevilla.
Hay que mencionar la
importancia de la orfebrería visigoda que en Andalucía se ejemplifica
con el tesoro de Torredonjimeno en Jaen. El tesoro de influencia
bizantina se compone de coronas de rey, pequeñas cruces y engarces de
cadenas. El material empleado es el oro, las piedras semipreciosas y el
esmalte.