jueves, 15 de diciembre de 2016

Los Millares

El yacimiento de Los Millares es uno de los sitios arqueológicos más importantes de la Edad del Cobre en Europa. Está ubicado en Santa Fe de Modujar, un lugar de la provincia de Almería. Depende de la dirección general de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía y está incluido en la Red Andaluza de Yacimientos Arqueológicos. Limita al Este con la Sierra de Alhamilla, al Oeste con la Sierra de Gador y al Norte con la Sierra de los Filabres. Se localiza sobre una plataforma amesetada*.


Su población se ha estimado en unas 1500 personas. La necrópolis, frente a la muralla exterior, contiene cerca de un centenar de tumbas, la mayoría tipo 'tholos'*. Dentro de las murallas se encuentra un conjunto de viviendas simples, junto con un gran edificio con evidencias de fundición de cobre.



El yacimiento es un referente del Calcolítico a nivel europeo, ya que su organización espacial demuestra una extraordinaria complejidad funcional para el que fue su momento de ocupación (del 3200 al 2200 a. C.).

Se compone de un poblado con cuatro líneas de murallas concéntricas*, una necrópolis de tumbas colectivas y un conjunto de 13 fortines, situados a ambos lados de la rambla de Huéchar, que completan el potente sistema defensivo que controló el asentamiento y su territorio más próximo.

La necrópolis ocupa una extensión de unas 13 hectáreas y se localiza a las afueras del poblado. Se compone de unas 80 sepulturas de grandes dimensiones y diversas estructuras de carácter ceremonial. Suelen estar orientadas hacia el Este.

Las rocas utilizadas en la construcción de las sepulturas provienen de canteras localizadas en los alrededores del propio asentamiento (conglomerados y travertinos fundamentalmente) o de distancias algo mayores (pizarras). La necrópolis muestra una serie de agrupaciones de tumbas, que pueden corresponder a los distintos linajes del poblado.

Se pueden observar diferentes intervenciones arqueológicas de conservación, como son la tumba cubierta por un túmulo reforzado por anillos de piedra y sellado con losas de pizarra, o el interior de las otras dos en las que se aprecia el corredor con restos de losas de pizarra o arenisca oradadas cubierta a su vez por ortostatos de piedra y las cámara circular con zócalo. También en este lugar, se puede comprender mejor el concepto de enterramientos colectivos por clanes y linajes o el agrupamiento de tumbas de diferentes categorías.

Por último, los hallazgos de ajuares funerarios en el interior de la tumbas (cerámica simbólica decorada, ídolos, objetos exhóticos, abolorios y demás adornos, armas , utensilios domésticos y herramientas, etc.), nos permitirá comprender mejor muchos aspectos de la vida cotidiana de sus moradores.
En el atrio, construido con mampostería de piedra, se suelen depositar betilos*, que conservan a veces restos de decoración.

Las tumbas se distribuyen conformando pequeños grupos, lo cual refleja las relaciones familiares, sociales y simbólicas existentes en Los Millares. La mayoría constan de una cámara circular de entre 3 y 6 metros de diámetro que a veces presenta diversos nichos laterales. La cubierta se realiza unas veces aproximando progresivamente las hiladas hacia el interior, formando una falsa cúpula, y otras con un cierre horizontal plano de madera apoyado en un pilar central. Desde el exterior se llega a la cámara por un corredor. El conjunto se cubre con un túmulo* de tierra y piedras.

Las tumbas son colectivas con un número de inhumados que en cada sepultura es muy variable, desde una veintena a más de un centenar, lo que implica la práctica de inhumaciones colectivas frente a las inhumaciones individuales de los sepulcros de época neolítica de esta región. En las tumbas sólo los últimos cadáveres introducidos han aparecido en posición; los restantes (depositados con anterioridad) estaban desarticulados y arrinconados junto a las paredes de la cámara. Las inhumaciones se sitúan no solo en las cámaras y los nichos sino también, a medida que estos espacios quedaban totalmente ocupados, en los diferentes tramos del corredor (los nichos se utilizaban para el enterramiento de niños).

 En los ajuares* funerarios de la necrópolis destacan materiales que reflejan el estatus de los individuos enterrados: objetos fabricados con materias primas exóticas (marfil o cáscara de huevo de avestruz), útiles de cobre, vasijas de cerámica con decoración simbólica o campaniforme y puntas de flecha y puñales de sílex. Dentro de las tumbas y en sus inmediaciones se han encontrado recipientes de cerámica común muy fragmentados, fundamentalmente fuentes y cazuelas, que pueden reflejar el consumo de alimentos en banquetes rituales (con ofrendas de comida a los difuntos) y la fragmentación posterior intencionada de los objetos utilizados. Así, el carácter concentrado de la necrópolis enfatiza la cohesión social y la capitalidad de Los Millares frente a la demarcación territorial de necrópolis megalíticas dispersas existentes en el territorio circundante.

La tumba 17 es la única que ha sido reconstruida completamente. Asimismo es una de las dos sepulturas que, construidas al exterior del poblado, quedaron situadas intramuros al edificarse la muralla exterior. El grupo norte de la necrópolis, integrado por siete sepulturas de corredor y cámara
circular, se sitúa sobre una pequeña elevación del terreno en la zona inmediata al alcantarillado que cae sobre el valle del Andarax. Carácter peculiar en dos de estas tumbas es su orientación sudoeste, significativa por cuanto el resto de las sepulturas de la necrópolis se orientan al este o al sudeste. La explicación de este hecho probablemente resida en el sistema constructivo pues ambas tumbas fueron excavadas en la roca.

El poblado posee tres líneas de muralla concéntricas que cierran y segmentan el asentamiento. Una cuarta fortificación a modo de ciudadela se sitúa en la parte más interna del espolón.  Fue descubierto en 1891, durante la construcción de una vía férrea, y fue excavado por primera vez por el ingeniero belga Luis Siret.

Entre los edificios dedicados a actividades especializadas destacan los talleres metalúrgicos que se han localizado en dos zonas del poblado. Si bien, junto al tramo norte de la muralla exterior existen varias construcciones cuadrangulares y circulares dedicadas a esta actividad, el taller mejor conservado se sitúa en un amplio edificio de planta rectangular adosado al paramento interno de la tercera línea de fortificación.

Podemos diferenciar dos  murallas:

La muralla exterior del poblado, muralla I, construida tras una ampliación del poblado hacia el 3000 a.C., tiene un perímetro de unos 400 m desde su extremo norte, junto al cortado del Andarax, hasta su extremo sur, que alcanza y corre paralelo al barranco de la Rambla de Huéchar. Presenta un espesor medio de unos 2 m y un foso poco profundo por delante destinado, sobre todo, a desmantelar áreas relativamente elevadas frente a la muralla con una serie de bastiones y torres huecas a intervalos regulares, hasta ahora se conocen 17, con estratos de ocupación en su interior relacionados con actividades domésticas y especializadas. Se han documentado dos puertas que permitían el acceso al recinto exterior del asentamiento donde se construyeron diversas cabañas circulares de pequeñas dimensiones.

La segunda línea de fortificación, muralla II, se alza sobre una vaguada, cerrando la meseta central del asentamiento. Presenta una gran complejidad interna ya que estuvo en uso durante todo el período de ocupación de Los Millares. Estaba dispuesta sobre una pendiente de mayor inclinación, por lo que fue necesario reforzarla con gran número de cuerpos adosados y superpuestos, hasta alcanzar una masa que supera los 10 m de espesor. Muestra un acceso al recinto interior muy complicado, con varias fases en las que se mantuvo una puerta estrecha y un pasillo, flanqueado por torres huecas. Adosadas al paramento interior de la muralla existen varias cabañas de grandes dimensiones, con diámetros internos que oscilan entre los 6 y los 7 metros. La tercera muralla, muralla III, cierra el área interna de la meseta central.

Presenta un urbanismo organizado con viviendas de planta circular, algunos edificios de uso público y construcciones relacionadas con la distribución y almacenamiento de agua. La principal actividad económica era la agricultura, la ganadería y la caza, junto con otros trabajos especializados como los metalúrgicos y la producción de puntas de flecha.

El interior del asentamiento ofrece un urbanismo organizado en el que las viviendas de planta circular alcanzan distintas dimensiones en cada área del poblado. Destacan varias estructuras de carácter comunal como el gran edificio central y los talleres metalúrgicos del tercer recinto, así como la balsa o cisterna del cuarto y la conducción de agua que cruzaba la meseta donde se asienta la necrópolis y atraviesa las murallas hasta alcanzar la zona más interna del poblado.

Las viviendas, de planta circular, con diámetros que oscilan entre 2,50 y 6,50 m, estaban construidas en todos los casos a partir de una ligera cimentación con zócalos de mampostería sobre los que se alzaban paredes de barro y cañizo. Las cubiertas, posiblemente cónicas, con un hueco central para la salida del humo, eran de ramaje revestido con barro y se apoyaban en pequeños postes de madera, ubicados en el interior de las cabañas y documentados por los hoyos excavados en el suelo o sobre los niveles precedentes, acompañados de calzos de pequeñas piedras que ayudaban a la sustentación.

Los hogares estaban formados por una base de barro endurecido y un anillo perimetral del mismo material, sistema presente en numerosos poblados calcolíticos del sur de la Península. Otras
estructuras domésticas localizadas en las diferentes viviendas son bancos adosados a las paredes, pequeños recintos de lajas hincadas que sostenían vasijas situadas junto al hogar para calentar líquidos o comida, espacios empedrados donde posiblemente se realizaban trabajos textiles y poyetes para la molienda del cereal.                                    

Éstos últimos se construían con mampostería de pequeñas piedras trabadas con barro que sostenían un molino de piedra volcánica o conglomerado, sobre el que se deslizaba la moledera del cereal o mano de molino. Algunos silos y pequeñas cisternas de forma acampanada, impermeabilizados con un revoco de arcilla, se sitúan en la proximidad de las cabañas (en ocasiones presentan la boca tapada con lajas de pizarra).

Destaca la esmerada y sólida técnica constructiva de las edificaciones y tumbas, así como la calidad y simbolismo de la cultura material.

Además, el Museo de Almería cuenta con un ámbito expositivo dedicado al yacimiento de Los Millares.


Glosario 

*Amesetada:  Dicho de un terreno: Que tiene forma de meseta. 

*Tholos: Construcción de forma circular.

*Cocéntricas: Dicho de figuras y de sólidos: Que tienen un mismo centro.

*Betilos: Es una piedra sin labrar o toscamente tallada, muchas veces caídas del cielo (hoy llamadas aerolitos), aunque no todas ellas tienen ese origen y a la que se le rendía culto como representación de una energía espiritual o una divinidad.

*Túmulo: Sepulcro levantado de la tierra.

 *Ajuares: Conjunto de muebles, enseres y ropas que la mujer aporta al matrimonio, o los de uso común en la casa.


Enlaces de información 

http://www.redjaen.es/francis/?m=c&o=47968&letra=&ord=&id=47971

http://www.arqueomas.com/peninsula-iberica-calcolitico-los-millares.htm

http://www.juntadeandalucia.es/cultura/web/consejeria/instituciones_culturales/cd7be1f7-ba33-11de-8ed3-31450f5b9dd5

http://www.culturandalucia.com/ALMER%C3%8DA/Los_Millares_Recorrido_fotogr%C3%A1fico.htm

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