martes, 4 de abril de 2017

El arte Mudejar

Mudejar es el término que designa a los musulmanes que permanecieron viviendo en territorio conquistado por los cristianos, durante el proceso de avance de los reinos cristianos hacia el sur denominada, reconquista durante la etapa final de la Edad Media.

A estos musulmanes se les permitió seguir practicando el Islam, utilizar su lengua y mantener sus costumbres. Se solía organizar en comunidades denominadas Morerías o Alhamas. Con distintos grados de auto gobierno, según las condiciones de rendición o de subordinación. Con el transcurso del tiempo las condiciones de convivencia y tolerancia hacia los musulmanes en las zonas cristianas se hicieron más duras, restringiéndose los contactos sociales y económicos entre comunidades.


En el caso de Andalucía los musulmanes que permanecieron fueron una cantidad reducida, aunque una parte significativa se dedicaba a labores relacionadas con la construcción donde se da un nuevo tipo de material, el ladrillo y una nueva decoración supuesta a elementos constructivos cristianos y musulmanes.

La estructura arquitectónica y los materiales son modestos, pero se logra un gran realce mediante el trabajo ornamental del ladrillo o el yeso y la madera, ajedrezados, arcos ciegos, rombos, cruces cristianos, etc. El mudejar supone una reacción nacional contra los estilos europeos que se estaban introduciendo. En el siglo XIII los reyes cristianos van a empezar a conocer la cultura islámica y se va produciendo un alejamiento a los influjos europeos y un acercamiento a la vida musulmana.

La conquista de Andalucía la hará un mudejar más joven y con influencias directas de la arquitectura tradicional. Una figura de importancia en el mudejar es el albañil (alarife) que utiliza el ladrillo, el yeso, la escayola, el mampuesto, etc. Su situación de vencido lo transforma en mano de obra barata y en condiciones de construir lo que ordenen sus clientes que serán iglesias, sinagogas, fortalezas, palacios, etc. Posteriormente los cristianos irán aprendiendo esta tradición.

Los principales ejemplos son los Reales Alcazares de Sevilla y las iglesias parroquiales de las zonas de Córdoba y Sevilla que combinan elementos de raíz Andalusí con otros propios de la arquitectura románica y gótica. Más tarde la catedral de Sevilla, el templo gótico más grande del mundo, marcó la pauta para otros edificios como la Iglesia de Santa María y la de Las Covachas de Sanlucas de Barrameda.

En Granada son fundamentales la capilla real y la catedral.



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