jueves, 20 de abril de 2017

Reales Alcázares de Sevilla


“Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla,
 y un huerto claro donde madura el limonero.”

Antonio Machado.

Localización


Este conjunto de palacios fue declarado Patrimonio de la Humanidad junto a la Catedral y el Archivo de Indias en 1987. Situado en los márgenes del Casco Antiguo (Sevilla), junto a la antigua judería (Barrio de Santa Cruz), recibe más de 1 millón de visitas al año.



Historia


El Alcázar hasta el siglo XIV

El conjunto del Real Alcázar de Sevilla tiene su origen en la evolución que la antigua Hispalis romana, la Spali de tiempo de los godos, experimentó durante la Alta Edad Media, cuando la ciudad pasó a denominarse Ixbilia. Y más concretamente a comienzos del siglo X, en el momento en que el Califa de Córdoba Abderrahmán III an-Násir ordenó, en el 913, el levantamiento de un nuevo recinto de gobierno, la Dar
al-Imara, en el flanco meridional de la ciudad, según los testimonios más fidelignos. Antes la sede del poder omeya de al-Andalus estuvo dentro del espacio de la ciudad bajo-imperial romana, no lejos de la mezquita aljama  hispalense, localizada en la actual Colegiata del Salvador. El espacio de poder más característico de Sevilla se encontró ya ligado al puerto de la ciudad, la sede más relevante de su actividad económica. El antiguo puerto de la ciudad, en los terrenos de la actual Plaza del Triunfo, la Explanada de los Banu Jaldún se llamaba entonces, fue desplazándose en dirección oeste hasta el curso principal del Guadalquivir, mientras el brazo secundario que discurría desde la actual Alameda de Hércules, atravesando por la calle Tetuán hasta la Plaza Nueva,  desaparecía como vía fluvial del espacio urbano. Menos en los momentos en que las crecidas le devolvían su espacio.

Al palacio de gobierno omeya del siglo X se añadiría posteriormente el Alcázar Nuevo de los abbadíes, los gobernantes de Sevilla y su entorno durante el siglo X. Este Palacio de al-Mubarak, el Bendito, fue ya el centro de la vida oficial y literaria de
la ciudad, con los poetas, como el soberano al-Mutamid, que sentaron las bases de otras actividades humanas,  y sus leyendas que forman hoy parte de la historia de Sevilla. Posteriormente los almorávides cerrarían el espacio de gobierno extendiéndolo hasta el Guadalquivir. Los almohades, en el siglo XII, completarían las obras de época árabe con otras edificaciones de las que todavía nos quedan restos que constituyen una muestra única en el mundo. La Casa de la Contratación por ejemplo.

La conquista castellana del territorio en 1248-49  dotó al Real Alcázar de la condición que permanece hasta nuestros días: sede de la Corona y ámbito del poder municipal de la ciudad. Se levantaron entonces, sobre las bases anteriores, en una integración histórica de culturas que forma parte de la misma esencia de Sevilla, palacios como
el Gótico, en el que Alfonso X plasma las concepciones del nuevo marco cultural en el que se ha integrado la ciudad. El Palacio Mudéjar de Pedro I, a mitad del siglo XIV, hace aparecer de nuevo antiguas concepciones mediterráneas en versión árabe, cuando al-Andalus ya era una entidad dominada por la Corona de Castilla

A este marco arquitectónico tienen que añadirse los elementos que dan vida al Real Alcázar de Sevilla en cada momento: los nuevos usos de los espacios, los jardines, el agua que aparece por todos los rincones, en una especie de compensación al Guadalquivir al que se le fue quitando el espacio. Y los colectivos y personas que le
dieron vida a edificios y construcciones en cada momento y que poblaron el aire que todavía sigue fluyendo desde la Puerta del León a la de la Alcoba, sobre el arroyo Tagarete, oculto hoy en el paisaje que vio nacer el actual Real Alcázar hace once siglos.


Alcázar de Sevilla desde el siglo XV hasta el presente

Desde comienzos de la Edad Moderna, la constante vinculación del Alcázar sevillano con la corona de España se constata en continuas transformaciones del edificio que intentaron acomodar su interior al gusto de los nuevos tiempos. Así, se reformó el piso alto del Patio de las Doncellas, que adquirió una fisonomía renacentista de gusto
italiano. También se renovaron sus yeserías y se modificaron los arcos de la galería inferior. Igualmente, se construyeron a lo largo del siglo XVI espléndidos artesonados que aún mantenían la estética mudéjar y que no traicionan al primigenio espíritu del edificio; entre estos artesonados destacan especialmente el que cubre el amplio espacio del Salón de Embajadores.

Otros recintos del Alcázar tuvieron peor suerte, como el desdichado proceso de transformación del delicioso Patio de las Muñecas, que se encuentra muy modificado por restauraciones del siglo XIX que hicieron desaparecer su primitivo encanto. No obstante, se conservaron las columnas y capiteles antiguos, que mantienen parte de la original impronta de dicho patio.

Magníficas aportaciones renacentistas enriquecieron el acervo artístico del Alcázar sevillano, como el admirable altar de azulejos realizado en 1504 por Francisco
Niculoso Pisano y que se encuentra en el oratorio de los Reyes Católicos o el retablo pictórico que se conserva en el Cuarto del Almirante, dedicado a la Virgen de los Navegantes. Este retablo procede de la Casa de Contratación y fue realizado por Alejo Fernández en 1536.

El esplendor renacentista brilla también en los llamados Salones de Carlos V, que están precedidos por una monumental entrada realizado por el arquitecto van der Borch después del terremoto que sufrió Sevilla en 1755. En este pórtico se refleja ya el gusto clasicista que sucedió a la estética barroca a partir de mediados del siglo XVIII. En los salones interiores se guardan magníficas colecciones de tapices que narran la conquista de Túnez por Carlos V y que fueron realizadas en el siglo XVIII siguiendo el gusto flamenco. Estos tapices se acomodan perfectamente sobre excelentes zócalos de azulejos realizados por Cristóbal de Augusta a mediados del siglo XVI.

Los monarcas Borbones, en el siglo XIX, dejaron también una fuerte impronta en el Alcázar acomodando espacios en la planta alta del edificio, donde antiguas estancias fueron reformadas y realzadas por decoraciones decimonónicas con tapices, lámparas de cristal de la Granja, relojes, muebles y una notable colección de pinturas.

Finalmente, hay que señalar la importante transformación de los jardines a partir del renacimiento con la creación de nuevas fuentes y estanques, pabellones, portadas y galerías. Los parterres han sido permanentemente remodelados y, hasta mediados del siglo XIX, mejorados con importantes innovaciones que hacen de este ambiente ajardinado uno de los espacios más hermosos y bellos de España.




Arquitectura

Sus palacios y jardines manifiestan la sabiduría, carácter y sensibilidad de una ciudad singularmente hermosa, resultado del devenir histórico, desde sus orígenes en las inmediaciones del antiguo puerto de la Hispalis romana hasta nuestros días. El primer recinto Abbadí se enriqueció con las sucesivas construcciones de los reyes cristianos, resultando un rico y variado patrimonio de primer orden en el que destaca la arquitectura mudéjar y renacentista.

Conscientes de este patrimonio, continuamente se hacen importantes esfuerzos para la restauración de su arquitectura, recuperando paulatinamente su fisonomía original, espacios y estructuras, con proyectos arquitectónicos fruto de amplio estudio e investigación, para recuperar la riqueza y las raíces de su identidad. Son prioritarias las manos que materializan, con el mimo, la precisión, el domino de su oficio y los materiales adecuados, descubriendo y conservando el alma incluso en aquellas pequeñas imperfecciones que le dan autenticidad y calidad artística.

Restauración fuentes del jardín

En la decoración de los bancos que rodean las fuentes del Jardín de la Alcoba se emplearonazulejos de Cristobal de Augusta, finales del s.XVI, procedentes del Palacio Gótico. Estas piezas que probablemente revestían las paredes del que actualmente se conoce como Salón de los Tapices, se almacenaron en dependencias del Alcázar de
donde fueron recopiladas a finales del s. XVII o principios del s. XVIII para utilizarlas en los bancos.

El deficiente estado de conservación de estos bancos hizo necesario el arranque de las piezas necesarias para corregir y asegurar la fábrica y así evitar el desplome de los mismos.

Finalizado el proceso de arranque de las piezas cerámicas se procedió a la limpieza del reverso de las mismas. Una vez eliminados los restos de morteros, se fueron descubriendo los signos y números utilizados para el montaje de las piezas que conformarían los paneles de azulejería que en su momento decoraban estancias del palacio gótico.

Cerámica

Desde la entrada –representando un león- hasta el último rincón, el alcázar se muestra como un extraordinario museo cerámico cuyas piezas recubren sus muros, pavimentos, fuentes y se exponen en espacios tan soberbios como las piezas que acogen –colección Carranza-.
Los maestros mudéjares -con los espléndidos alicatados del palacio del rey Don Pedro- Niculoso Pisano con el altar de la Visitación ubicado en el oratorio del Cuarto Real Alto y Cristóbal de Augusta -con los zócalos del palacio Gótico- son el máximo exponente de la cerámica arquitectónica en el Alcázar.
La metodología aplicada en los tratamientos de conservación y restauración ejecutados hasta el momento, se ha basado principalmente en recuperar su integridad frente a las distintas alteraciones generadas por su propia historia material y el paso del tiempo.


Pintura Mural

En 1997 el Patronato inició un exhaustivo programa de catalogación, estudio, diagnosis y restauración, marcado por el trabajo de equipos interdisciplinares, dedicados a lograr la recuperación de un importantísimo legado de pinturas murales, desafortunadamente muy deterioradas por el paso del tiempo, las inclemencias medioambientales y el propio devenir histórico, sumándose en algunas los devastadores efectos de conocido terremoto de Lisboa de 1755.

Hasta la fecha se ha podido recuperar un alto porcentaje, destacando las pinturas manieristas de las portadas de Vermondo Resta en los jardines históricos, las pinturas renacentistas y almohades del Patio del Yeso y el extenso programa pictórico renacentista de los Baños de Dña. Mª de Padilla, actualmente en plena ejecución tras doce años de continuados e intensivos trabajos de restauración, en el que se pretende un marcado objetivo: su conservación y plena integración en el entorno arquitectónico y su futura puesta en valor.


Piedra

En el recorrido por los palacios y jardines del Real Alcázar son numerosos los elementos pétreos que hallamos a nuestro paso en forma de fuentes, portadas, columnas, balaustradas y alguna que otra pieza escultórica. La mayoría fueron concebidos ex profeso para estos espacios pero otros muchos fueron traídos de lugares tan remotos como Medina Azahara, o mucho más cercanos como Marchena.


La metodología aplicada en los tratamientos de conservación y restauración ejecutados hasta el momento se ha basado principalmente en recuperar su integridad frente a las distintas alteraciones generadas por su propia historia material y el paso del tiempo.



Yeserías

En el 2003 el Patronato decide abordar la restauración de los restos conservados de yeserías policromadas almohades, teniendo en cuenta su relevancia histórica, arqueológica y artística. Esta pequeña área se corresponde con los únicos vestigios visibles de la trífora situada en el reverso del paramento norte del Patio del Yeso, de la que se ha conservado la mitad del arco inferior derecho,- el más antiguo-, situándose sobre éste otro más pequeño, en el ángulo izquierdo del alfiz, ambos de herradura, del tipo califal cordobés. A pesar de estar expuestos permanentemente a la intemperie, aún conservan abundantes vestigios de decoración pictórica, principalmente la albanega y dovelas del arco inferior. El objetivo de su intervención fue recuperar la visión de conjunto, la originalidad de las piezas compositivas, y la luminosidad de la decoración pictórica primitiva.



Estructura

Los Reales Alcázares constan de las siguientes partes:

Puerta del León 

En la muralla exterior se encuentra la puerta del León. Antiguamente existía sobre esta puerta una pintura de un león, sobre el dintel y bajo un matacán. Se desconoce de qué época era, aunque ya aparece en los dibujos realizados por Richard Ford en 1832. Esta pintura fue restaurada por Joaquín Domínguez Bécquer en 1876. En 1892 la pintura fue sustituida por un mural de azulejos diseñado por Manuel Tortosa y Fernández.  El león, de estilo gótico, aparece sosteniendo un crucifijo con la garra derecha y con una bandera bajo su garra izquierda. Sobre su pecho hay una filacteria donde pone en latín Ad utrumque, que significa "tanto".

Pasada la puerta se accede al patio del León. Al fondo de dicho patio hay un lienzo de muralla almohade con tres pórticos. Esta muralla parece haber sido reforzada posteriormente. Además, los arcos fueron de herradura pero en la época cristiana fueron transformados en arcos de medio punto.

La Sala de Justicia o de los Consejos

Entre el reinado de Alfonso X y el de Pedro I (1350-1366) la principal construcción que se realizó en los Reales Alcázares es la denominada Sala de Justicia o de los Consejos. Fue mandada construir por Alfonso XI (1312 - 1350) a principios del siglo XIV sobre el mexuar de los palacios almohades. Se trata de una estancia situada junto al patio del Yeso. Tiene una planta cuadrada cubierta con una
armadura mudéjar de madera, y en sus paredes se pueden ver yeserías con decoraciones vegetales y escudos.

El palacio mudéjar o de Pedro I

El palacio de Pedro I restituyó al primitivo recinto musulmán la herencia de Al-Andalus, constituyendo uno de los ejemplos más significativos de la denominada arquitectura mudéjar, si bien para ello fue necesario suprimir parte de los antiguos recintos hispanomusulmanes.

Fue construido en tan sólo diez años, entre 1356 y 1366, por alarifes mudéjares procedentes de Toledo, Granada ySevilla. Era la residencia privada del gobernante, en contraposición con el marcado
carácter público del Palacio Gótico. Tiene una planta rectangular, con diferentes estancias articuladas en torno a dos patios, el de las Doncellas, con las habitaciones más protocolarias; y el patio de las Muñecas, centro de las salas de carácter privado.

El Patio de la Montería se constituyó como el auténtico centro neurálgico de esta nueva construcción. Aunque hoy su aspecto se ha modificado, todavía se aprecia uno de los elementos más significativos del palacio mudéjar, su gran fachada monumental.

Fachada del Rey Don Pedro

Ésta se encuentra dividida en dos niveles. En el inferior se puede ver en los laterales unas arquerías que seguramente tuviesen continuidad en los otros tres lados del patio; y sobre las mismas una estructura de siete arcos de medio punto, uno central más ancho y largo, y una composición tripartita formada por otros tantos arcos de menor luz a ambos lados.

En el núcleo de la fachada se encuentra una portada monumental, dividida en tres calles verticales,
separada en dos niveles por medio de una imposta. En la central encontramos, en la parte inferior, la portada de acceso con un dintel adovelado, y, a ambos lados, un arco polilobulado que apoya en dos columnas de mármol, y sobre el mismo, decoración de sebka.
Sebka de raigambre almohade y heráldica cristiana
En el nivel superior encontramos un esquema de tres arcos polilobulados en la franja central, y otros dos arcos de la misma tipología en los laterales.

Remata el conjunto un monumental alero de madera, ricamente policromado, que convierte a esta fachada en el protagonista del patio de la Montería.

El Patio de Doncellas

El Patio de Doncellas de los Reales Alcázares de Sevilla, auténtica joya del mudéjar sevillano, presenta una planta rectangular. Tiene un pórtico perimetral con arcos polilobulados apeados sobre dobles columnas y un jardín rehundido que se divide en dos por medio de una alberca longitudinal, que remata en forma de T.

El patio ha sufrido diferentes reformas a lo largo del tiempo, siendo la estructura original un descubrimiento sorprendente, que se produjo en el año 2002. A finales del siglo XVI se taparon la alberca y el jardín con losas de mármol y se colocó una pequeña fuente en el medio. El espacio mantuvo este aspecto hasta que se descubrió su verdadera estructura.
En la planta superior del patio se puede ver una galería de arcos de medio punto, con una balaustrada y columnas de mármol, que fue construida durante el reinado de Carlos I (1516-1556).

Salón de los Embajadores

En el costado oriental del patio se levanta una de las fachadas del Palacio Gótico, y en las otras tres se abren las diferentes salas que componen el piso inferior del palacio: las salas Regia y la Alcoba Real en un lateral, y el Salón de Carlos V en el costado contrario.
Impactante cúpula del Salón de Embajadores.
En el lado occidental se encuentra el Salón de Embajadores, concebido como salón del trono.

Se trata de una estancia de planta cuadrada, con una gran bóveda de media naranja que apoya sobre pechinas con decoración de mocárabes. No es la cubierta original, ya que fue levantada en el año 1427. En los muros encontramos decoración de azulejos y yeserías con motivos vegetales.

Los grandes balcones de la parte superior fueron construidos a finales del siglo XVI, y rompen con la estética mudéjar. A comienzos del siglo XVII se decoró la parte alta de los muros con los retratos de los reyes cristianos, desde Recesvinto hasta Felipe III.
A ambos lados del Salón de Embajadores se abren otras dos pequeñas estancias, que destacan por su exquisita decoración de yeserías con motivos vegetales en sus muros, y unos tondos con decoración figurativa que representa escenas de caza y temas caballerescos. Hay un esquema de tres arcos de herradura apoyados en finas columnas de mármol con capiteles reaprovechados.

El Patio de Muñecas


El patio de muñecas, y las habitaciones de su entorno, constituyen el ámbito más privado del edificio. Es un espacio de planta rectangular, con una galería perimetral con arcos polilobulados que apoyan sobre columnas califales de mármol blanco, negro y rosado, procedentes de Madinat Al-Zahra. Entre los siglos XVI y XVII se construyó la galería superior.

A este patio se abren la Sala de los Reyes Católicos, el Cuarto del Príncipe y la Sala de los Pasos Perdidos.


Patio de Crucero 

Se trata de un patio rectangular ajardinado. Está dividido en cuatro por setos de mirto y en el interior de los cuadrantes hay setos de bonetero, árboles de Júpiter, palmeras, buganvillas y jazmines.

Fue un patio almohade reformado cuando Alfonso X realizó sus obras góticas en el Alcázar. También se hizo una reforma manierista en el siglo XVI. El patio fue un espacio dividido en cuatro por dos corredores perpendiculares con bóvedas de crucería

Los jardines

En la actualidad, los jardines de los Reales Alcázares de Sevilla ocupan más de 70.000 metros cuadrados, y son una sucesión de espacios de diferentes épocas y estilos. Nacieron por la necesidad de contar con una huerta dentro del recinto defensivo, pero a medida que se iba perdiendo el carácter militar del recinto fueron transformándose en lugares de descanso.

Quizás el parterre que más destaca es el Jardín de Mercurio, con un estanque de grandes dimensiones que reaprovecha una antigua alberca, y en cuyo centro hay una estatua del dios del comercio, con un telón de fondo formado por un muro con grutescos.
Otros espacios destacados son el Jardín de las Flores, el del Príncipe o el de la Danza, frente a los Baños de María de Padilla. En todos ellos el agua se encuentra presente por medio de fuentes y estanques, y una naturaleza desbordante armoniza con los pabellones y los cenadores que han sufrido constantes transformaciones desde su creación hasta mediados del siglo XIX.

Leyendas

Patio de las Doncellas 

Los gobernantes musulmanes de Sevilla pedían a los reinos cristianos del norte como tributo anual la entrega de 100 doncellas vírgenes, además de elevadas cantidades en efectivo. El porqué de que esta sala recibiera con el tiempo este nombre se debe a este hecho.

Además,  las 100 doncellas vírgenes fueron un mito muy popular en la Edad Media que se usó profusamente para justificar y popularizar las guerras de la Reconquista en la población cristiana.

Los Baños de María de Padilla


Los Baños de María de Padilla, en realidad no son unos baños, sino un aljibe árabe subterráneo situado bajo el Patio del Crucero. El mismo Pedro I el Cruel y Sultán de los Mudéjares parece que estaba locamente enamorado de una dama llamada María de Padilla. Hizo lo que pudo para seducir,
incluso hacer asesinar a su marido, hasta que finalmente ella, en su desesperación, se desfiguró la cara con aceite hirviendo para frenar los reales impulsos.

Si quieres conocer más leyendas sobre este monumento visita esta página:  http://revistaculturalpandora-varios.blogspot.com.es/2011/01/curiosidades-y-leyendas-de-sevilla.htmlhttps://labitacoradejenri.blogspot.com.es/2011/07/los-secretos-del-alcazar-de-sevilla.html

Vídeos 



Enlaces 

Presentación: https://es.slideshare.net/tercer/alcazar-de-sevilla

Página oficial: http://www.alcazarsevilla.org/

http://www.spain.info/es/que-quieres/arte/monumentos/sevilla/real_alcazar_de_sevilla.html

http://www.losapuntesdelviajero.com/2014/02/visita-al-real-alcazar-de-sevilla.html

http://www.andalucia.org/es/turismo-cultural/visitas/sevilla/monumentos/real-alcazar-de-sevilla/

http://www.arteguias.com/alcazar/realesalcazaressevilla.htm

https://www.inspain.org/es/sitiosExtra/realesalcazaresdesevilladescripcionartistica.asp

Curiosidades: http://sevillasecreta.co/2016/02/reales-alcazares-de-sevill

http://palabrasviajerasmv.blogspot.com.es/2013/11/reales-alcazares-de-sevilla-romanos.html

http://trianarts.com/la-primavera-en-el-alcazar-de-sevilla-y-la-poesia-de-miguel-veyrat/

http://palabrasviajerasmv.blogspot.com.es/2013/11/reales-alcazares-de-sevilla-romanos.html

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